El tarot, sí o no certero
Replanteemos la pregunta
Ante la pregunta de si el tarot es certero o no quizás tengamos que replantear cuál es el objeto mismo del tarot. Efectivamente, muy al contrario de lo que algunos creen el tarot no es una técnica de adivinación sino más bien una técnica de conocimiento.
No tiene tanto que ver con adelantar el futuro como leer bien el presente por medio de un sofisticado lenguaje simbólico. Si leemos bien el presente en el tenemos la marcas de hacia dónde van las pisadas del futuro.
Así visto no hay más que una predicción basada en la pura realidad presente.
No se ve el futuro sino más bien se anticipa por un simple razonamiento lógico como el que toda causa va tener consecuencia. Es por tanto un error asignarle a este arte centenario heredero de conocimientos antiquísimos funciones que realmente no tiene.
Cumplir con su misión de revelar las claves que rigen los destinos del mundo es en sí misma lo suficientemente compleja como para complicarla con falsas promesas. Sobre todo cuando estas promesas son de ver lo que aún o es, el futuro.
No se trata de adivinar
La adivinación es situarse «hacia lo divino» ad divinare, es decir, pretender ser parecidos a Dios y eso es ya situarse mal en la realidad. Todo es más complejo, la realidad esta tejida de materia, conocimiento y voluntad.
Las 78 cartas del tarot representan las potencias que anidan en esa realidad. Su despliegue en un momento determinado la interpretación es la máxima certeza a la que podemos aspirar.
Es darle un argumento a quienes critican estas disciplinas simplemente porque no las conocen. La adivinación podría medirse muy bien. Saber lo acertado de un pronóstico es simplemente cuestión de esperar y verificar. El tarot es certero porque describe la verdad oculta detrás de la realidad, la desvela como un buen detective al autor de un crimen. Ese es todo su mérito y toda su grandeza.